Las Kellys (las que limpian), así se hacen llamar las camareras de piso. Mujeres que, entre carros de sabanas, aguardan en los pasillos de los hoteles a que los clientes salgan de las habitaciones. Invisibles, sufren los efectos de la precarización laboral.
Desde el año 2014, se están organizando en diferentes ciudades y como ellas dicen:"pasamos de desahogarnos por internet a la autoorganización". Juntas, con la solidaridad y el apoyo de otros colectivos, reivindican la dignificación de sus condiciones laborales.
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