La
voraz codicia del capitalismo lo privatiza y mercantiliza todo, hasta
la vida. No sólo vamos perdiendo la gratuidad y universalidad de la
educación y de la sanidad, sino que progresivamente tenemos que
pagar más por las necesidades básicas (comida, agua, vivienda,
energía, transporte, ocio,…)
Al
capital ya no le basta obtener sus ganancias a costa de nuestro
salario no pagado (reduciendo sueldos, aumentando horas y ritmos de
trabajo, despidos gratuitos,…) Necesita apropiarse de toda la
riqueza generada por el conjunto de la población a lo largo del
tiempo (hospitales, escuelas, carreteras, edificios, terrenos,
instalaciones, trenes, servicios, ahorros,…) en connivencia con el
Estado, sus leyes y sus instituciones.
Pero
esa desposesión encuentra resistencias en cualquier parte del mundo,
tanto en nuestro Norte rico como en el Sur empobrecido.
Son
gentes que no se conforman, que no se acomodan, que no se resignan.
Gentes que ante la desposesión de los servicios sanitarios han
creado “Rebelión Bellvitge”. O aquellas que para defender sus
ahorros se han organizado en la “Plataformas de Afectados por la
Hipoteca”. O las que resisten delante de la privatización de la
escuela pública como son “La Marea Groga”. Los hay quienes
resisten a la desposesión de la propia vida creando espacios como el
“Ateneu Esplugues”. Incluso quienes no se resignan a no dar
nuevas oportunidades a aquellos a los que el capitalismo ha
rechazado, ignorado pues ya no les sirven. Son las gentes que
participan en “Arrels” o “Escola Social” o “Grup d’àvies
i avis” o “Emaús Rural”.
Son
muchas las resistencias que se están produciendo aunque “sus”
medios de desinformación quieran esconder. Aquí y allá podemos
encontrar gentes que se resisten a ser excluidas del sistema como las
“Asociaciones de Parados”, el “Sindicato de Manteros” o las
“Redes de Solidaridad Popular” por ejemplo. Sin olvidarnos de
aquellas gentes que se resisten y no se resignan a perder su
dignidad, su salud y su vida como pueden ser ”Las Kellys” o las
“Mareas Pensionistas”. O las que practican formas de consumo y de
relación lo menos capitalista posible como las “Cooperativas de
Consumo” o las “Cooperativas de Economía Social y Solidaria”.
Las
resistencias son muchas más de las pocas que hemos mencionado. Si
nos fijamos bien veremos que todas ellas tienen dos elementos
comunes: la solidaridad y el apoyo mutuo.
Esta
Fira pretende ser un muestrario de distintas experiencias resistentes
y transformadoras de esta sociedad capitalista donde el
individualismo, la codicia, el dinero, el egoísmo,… son sus
valores dominantes. Son experiencias que intentan y muestran como la
solidaridad, el colectivo, el altruismo, el apoyo mutuo,… son y
pueden hacernos mejores personas.
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